martes, 31 de diciembre de 2013

Cuando uno considera que se abusa de él en Internet, ha de defenderse (caso Daniel Vicente Carrillo - Greg Prevôt/Ricardo Galli)

UribeX
Actualización importante: don Daniel Vicente Carrillo se achanta de una forma un tanto sui generis pero se atiene a parte del derecho de Rectificación.

Recomiendo seguir leyendo, para conocer el poder del Derecho de Rectificación ante cualquier medio.
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Es una desgracia como persona terminar el año así, o un orgullo para un periodista, depende por donde se mire. Os voy a contar una de las historias más rocambolescas que me han pasado en la vida, que además me une tanto a Greg Prevôt y Ricardo Galli de la forma más absurda y desagradable (no por ellos) que me he podido encontrar en mucho tiempo. Lo primero, observad, de forma completamente informativa la imagen de aquí abajo.

¿Este es un tuit difamatorio o injurioso? ¿Qué diría un juez?

Ojo, cuidado con retuitearlo porque por lo visto por ese enlace que véis ahí  un abogado llamado Daniel Vicente Carrillo os enviará un correo electrónico amenazandoos con querellarse contra vosotros por que según él dicha actitud te convierte:
"En colaborador necesario de un presunto delito permanente de injurias graves con publicidad y de otro de descubrimiento y revelación de secretos"
Vamos a ver, os informo (que para algo sirve un periodista a veces). Al parecer Daniel Vicente Carrillo y Greg Prevôt tienen un contencioso porque el último lo definió como Troll de Internet en un blog de su propiedad. Hasta aquí pues nada, una discusión de las muchas que hay por ahí, trufada con si que una foto de Carrillo la sacaron de una página personal, que si le descubrieron las IP y que él considera eso una revelación de secretos con difusión y tal... (cosa que si se encuentra públicamente en Internet dudo que lo sea, pero en fin) y una cuestión de si alguien llamó a la oficina de este abogado diciendo que no lo era y más cositas que no molan. Además, la historia se difundió por Meneame y entonces debió amenazar a uno de sus creadores, el famoso Ricardo Galli, con denunciarle (si no lo ha hecho ya) por enlazar el blog de Prevôt en el tuit que podéis ver en la foto informativa -sino cómo explico yo lo que está pasando para enseñaros cómo evitar estas cosas con la contundencia con la que nos ampara la ley- en el que desvelaba las andanzas de este abogado con elevada expresión escrita que utiliza varios alias.

¿Pasando del asunto o esperando a ver qué ocurría?
El correo de Daniel Vicente Carrillo lo recibí un 28 de diciembre, pero no tenía pinta de ser una inocentada, no. Incluso lía a nuestro leonés ilustre Alfredo Arias (Minipunk) en el jaleo. Tiene narices. Así que hablando con mi abogado decidimos que siendo una cuestión en disputa tampoco pasaba nada por retirar mientras tanto el tuit (en base a no perjudicar a nadie) y no atender a las disculpas públicas que me solicitaba este abogado en el correo electrónico privado. Es decir, pese a que la ética periodística me indica que no debería retirar el tuit porque yo sólo informaba de un problema sin intentar hacer daño a nadie también era cierto que esta disputa personal no tenía por qué arrastrarme a una desagradable querella que, además, le iba a costar dinero al afectado. Y es más, que mientras estuviera en discusión judicial (se ha liado a enviar querellas una detrás de otra , que aunque sea su derecho no parece que sea una medida agradable para nadie), la ética periodística también dice que por el bien de todos es mejor tomar distancia. Así que para beneficio de todos retiré el tuit (no porque piense que es difamatorio) y para informar de ello de una forma ecuánime y no partidista; que es lo que debemos a tender a hacer en la profesión periodística. Lamento profundamente que le haya molestado a Daniel Vicente Carrillo el retuiteo informativo de este tuit que se ríe de una errata, así que prefiero explicar la historia de la forma más informativa posible y sin incidir en él ni en su enlace.

En realidad, aunque me soltara una querella no tendría visos de llegar a un proceso judicial porque para injuriar a alguien hay que hacerlo con intención premeditada de hacer daño (lo que los abogados llaman el dolo), cosa que yo no tenía, y, además hay varias excepciones como el Animus Narrandi (informar, que es lo que pretendía y Meneame también) y el Animus Iocandi (en realidad reírse de una situación, que más o menos es lo que se puede ver en el tuit de @Gallir, que se ríe del propio corrector del móvil, ni siquiera del abogado querellador).

Pero hete aquí que el hombre, no contento con que retirara el tuit, tuvo que publicar esta entrada en su blog diciendo que "Jesús María López de Uribe retira contenido difamatorio en su cuenta de Twitter". Que yo sepa esa afirmación es inexacta, por no decir falsa, porque ningún juez ha definido como tal ese mismo tuit. Y vaya, casualidad, que soy periodista... y eso me daña. La verdad es que me esperaba que hiciera eso y no, no estoy dispuesto a consentir que esta persona manche mi prestigio profesional, así que le tenía preparado algo "especial" con la Ley de mi parte.

Y aquí viene lo que os quiero explicar, que cuando digan algo feo de vosotros en un medio de comunicación existe una forma de defensa sin que necesites abogado.

El cazador, cazado: Derecho de Rectificación al canto
Pues sí, resulta que esta persona dice algo en su blog totalmente inexacto. Yo no he escrito un tuit difamatorio. Él opina que sí, pero resulta que soy periodista y puedo bien estar informando de la situación con un mero retuiteo (una repetición del tuit de otro, difusión al fin y al cabo de algo que me parece gracioso, sobre todo por el error del corrector). Sí comprobé la entrada a la que redirigía (no soy tonto y tengo el culo pelao) y observé que no indicaba más que una información sobre una disputa. Para llegar a ciertas cuestiones que podrían ser más peliagudas hay que seguir leyendo el blog al que dirige, pero no deja de ser una información sobre una persona que utiliza unos recursos en Internet que muchos critican ferozmente.

Así que hay dos circunstancias que concurren en mí: una que soy periodista y que esa definición ataca de forma directa mi derecho al honor personal y profesional (en 19 años de profesión y después de tantas amenazas de querellas nunca jamás he pasado por un juzgado y en rigurosidad nunca nadie ha criticado mi trabajo). Y dos, que sé defenderme ante las cosas inexactas que se publican en un medio de comunicación (y sí, un blog es un medio de comunicación).

Os lo explico. Existe una Ley de Derecho a la Rectificación que permite que si leéis algo inexacto sobre vuestra persona o empresa podéis requerir que se rectifique. Ojo, datos concretos, no opinión (salvo que ésta diga cosas como que un periodista es un difamador sin tener sentencia alguna, lo cual es injurioso). En tres días tienen que publicar, con el mismo espacio y sin apostilla o comentario alguno la rectificación que mandéis. ¿Que no lo hace? Pues no necesitáis abogado ni procurador, con un escrito al Juez éste antes de siete días tiene que llamar a las partes para decidir.

Así que ni corto ni perezoso he enviado a Daniel Vicente Carrillo un comentario doble (para que lo publique y retire la palabra "difamatorio") y un correo electrónico (y le he comunicado que escribiría esta entrada en el blog). Y de paso explico a los que acusa que el Animus Narrandi (informar, como Meneame) y el Iocandi (reírse de algo), pueden ser su defensa para evitar cualquier condena. Aparte de asegurar que el mostrar un enlace a otros, aparte de ser algo informativo (Animus Narrandi) puro y el no pretender hacer directamente daño posiblemente exonerará a quien retuitee el tuit de la foto del principio. Yo por mi parte voy a retuitear esta información para seguir generando el efecto Streisand que la actitud de este abogado ha podido provocar y ha querido evitar a base de asustar a la gente, lo cual me parece un abuso). Y si alguien que retiró por miedo o por precaución ese tuit quiere informar de mi decisión, tiene completo derecho a hacerlo. Sólo leer el blog de Daniel Vicente Carrillo y lo que dice sobre la gente que no quiere retirarlo le define, os recomiendo que os informéis sobre él y toméis la decisión de cómo definirle de forma individual (supongo que coincidiremos, pero no voy a ser yo el que lo diga por aquí; él mismo se muestra como tal).

Si queréis ver qué le he escrito y cómo le he solicitado la rectificación (es decir, ver cómo podríais hacerlo vosotros, podéis seguir leyendo).

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