El más que activo capítulo español de la
Open Knowledge Foundation (Fundación del Conocimiento Abierto) organizó estos pasados días 5, 6 y 7 de mayo la cuarta edición de las
Jornadas de Periodismo de Datos en Media Lab Madrid. Un evento al que han asistido más de un centenar de periodistas, políticos, diseñadores y programadores para conocer el estado de una disciplina que estos días ha conseguido una relevancia pública mayúscula con los Papeles de Panamá, y desde hace un año también con los 'Fact Check' ("Comprobación de hechos") en 'El Objetivo' de Ana Pastor.
En realidad, el Periodismo de Datos es una disciplina antigua, de toda la vida, pero pocos periodistas "hacían números" o se tiraban meses consultando documentos. Y como quedó claro en las Jornadas, los medios anglosajones -que son los pioneros en esto- no lo diferencian del periodismo tradicional y lo consideran una herramienta más para contar una historia. Hace unos diez años se hablaba del
PAO (Periodismo Asistido por Ordenador), que venía a ser usar hojas de cálculo. generalmente realizadas por uno mismo, para comprobar mejor los números. Pero la tecnología evolucionó y permitió conectar bases de datos a programas de visualización y generar gráficas de todo tipo. Es más, mejoró tanto que existen técnicas de programación informática y librerías de lenguajes dedicadas a 'sacar' la información interesante hasta de los PDF.
Visto lo visto, los anglosajones no andan desencaminados a definir su DDJ (Data Driven Journalism, o "Periodismo basado en los Datos") como una herramienta más dentro de las redacciones (apoyando a otros compañeros o certificando que lo que se va a decir es correcto) y dentro del Periodismo de Investigación. En España la diferencia, a mi entender, para llamarlo 'Periodismo de Datos' viene a colación de dos circunstancias de la situación actual de nuestra profesión. La primera, que en general los periodistas de matemáticas, ordenadores y tecnología... pues... pues no tienen ni la más remota idea, y por eso se observa a esta disciplina como algo diferente (o más bien ajeno) al periodismo tradicional de este país, el declarativo. La segunda es, con más evidencia, que se ha perdido mucho trabajo y que hay cierta necesidad de 'vender el producto' por otros tantos para encontrar empleo... a lo que se suma esta manía que tenemos los españoles de etiquetarlo todo. Afortunadamente los que resisten al invasor en la pequeña aldea de la OKFN España no lo ven así, ven un cambio de paradigma en el periodismo español.